viernes, 21 de octubre de 2022

CÁNCER DE MAMA

19 de Octubre: Día Internacional de lucha contra el cáncer de mama. 


Introducción 

El cáncer de mama se origina en las células del revestimiento (epitelio) de los conductos (85%) o lóbulos (15%) del tejido glandular de los senos. Al comienzo, el tumor canceroso está confinado en el conducto o lóbulo (in situ), donde generalmente no causa síntomas y tiene un mínimo potencial de diseminación (metástasis). 

Con el paso del tiempo, este cáncer in situ (estadio 0) puede progresar e invadir el tejido mamario circundante (cáncer de mama invasivo), y a continuación propagarse a los ganglios linfáticos cercanos (metástasis regional) u a otros órganos del organismo (metástasis distante).

¿Quiénes corren riesgo?


Alrededor de la mitad de los casos de cáncer de mama corresponden a mujeres sin ningún factor de riesgo identificable, a excepción del género (mujer) y la edad (más de 40 años). 

Entre las opciones de comportamiento y las intervenciones conexas que reducen el riesgo de padecer cáncer de mama figuran las siguientes: 

  • lactancia materna prolongada;
  • ejercicio físico habitual;
  • control del peso;
  • evitar el consumo perjudicial de alcohol;
  • evitar la exposición al humo de tabaco;
  • evitar el uso prolongado de hormonas; y
  • evitar la exposición excesiva a radiación.

 

Signos y síntomas


El cáncer de mama se presenta más frecuentemente como un nódulo o engrosamiento indoloro en el pecho. Es importante que las mujeres que detecten una hinchazón anormal en el seno acudan a un profesional de la salud sin demorarse más de 1-2 meses aunque no sientan ningún dolor asociado al nódulo. Solicitar atención médica al primer signo de un posible síntoma contribuye a un mayor éxito del tratamiento.

Generalmente, los síntomas del cáncer de mama son los siguientes:
  • un nódulo o engrosamiento en el seno;
  • la alteración en el tamaño, forma o aspecto de un seno;
  • la aparición de hoyuelos, enrojecimiento, grietas u otra alteración en la piel;
  • el cambio de aspecto del pezón o la alteración en la piel circundante (areola); y/o
  • la secreción anormal por el pezón.


Tratamiento

El tratamiento del cáncer de mama puede ser muy eficaz, en particular cuando la enfermedad se detecta temprano. A menudo el tratamiento consiste en una combinación de extirpación quirúrgica, radioterapia y medicación (terapia hormonal, quimioterapia y/o terapia biológica dirigida) para tratar el cáncer microscópico que se ha propagado del tumor mamario a través de la sangre. Por consiguiente, ese tratamiento, que puede impedir la progresión y diseminación del cáncer, salva vidas.

lunes, 3 de octubre de 2022

HEPATITIS C

El 01 de Octubre es el día internacional de la Hepatitis C 

El virus de la hepatitis C (VHC) causa infecciones agudas y crónicas. Las infecciones agudas suelen ser asintomáticas y, en su mayor parte, no conllevan riesgo mortal. Aproximadamente un 30% (15%-45%) de las personas infectadas eliminan el virus espontáneamente en los seis meses siguientes a la infección, sin necesidad de tratamiento.

En el 70% restante (55%-85%), la infección se cronifica. El riesgo de presentar cirrosis que tienen las personas con infección crónica por el VHC oscila entre el 15% y el 30% en un periodo de 20 años.


TRANSMISIÓN

El VHC se transmite a través la sangre. Las causas más habituales de transmisión son:

  • la reutilización o la esterilización inadecuada de material médico en establecimientos de salud, sobre todo jeringuillas y agujas;
  • la transfusión de sangre y hemoderivados sin analizar; y
  • el consumo de drogas inyectables compartiendo el material de inyección.
El VHC puede transmitirse de una madre infectada a su bebé y a través de prácticas sexuales en las que hay exposición a sangre (puede ocurrirles a las personas que tienen varias parejas sexuales y a los hombres que mantienen relaciones sexuales con hombres); sin embargo, estas vías de transmisión son menos comunes.

 DETECCIÓN Y DIAGNÓSTICO


Como las nuevas infecciones por el VHC suelen ser asintomáticas, se diagnostican pocos casos cuando las infecciones son recientes. A menudo, la infección crónica queda sin diagnosticar porque se mantiene asintomática durante décadas, hasta que aparecen síntomas secundarios al daño hepático grave.

La infección por el VHC se diagnostica en dos etapas:      

  1. La detección de anticuerpos anti-VHC con una prueba serológica revela la infección.
  2. Si la prueba es positiva para anticuerpos anti-VHC, se necesita una prueba de ácido nucleico para el ácido ribonucleico (ARN) del VHC con el fin de confirmar la infección crónica y la necesidad de tratamiento. Esta prueba es importante porque alrededor del 30% de las personas infectadas por el VHC eliminan espontáneamente la infección mediante una fuerte respuesta inmunitaria sin necesidad de tratamiento. Sin embargo, aunque ya no estén infectadas seguirán dando positivo para los anticuerpos anti-VHC. Esta prueba de ácido nucleico para el ARN del VHC se puede hacer en un laboratorio o utilizando una máquina simple en el punto de atención en la clínica.

Una vez diagnosticada una infección crónica por el VHC se deberá evaluar la magnitud del daño hepático (fibrosis y cirrosis). Esto puede hacerse por biopsia hepática o diversas pruebas no invasivas. El daño hepático existente sirve para orientar las decisiones terapéuticas y la conducta clínica.

TRATAMIENTO 

Una nueva infección por el VHC no siempre requiere tratamiento, porque en algunas personas la respuesta inmunitaria elimina la infección. En cambio, cuando la infección se cronifica se debe tratar. El objetivo del tratamiento de la hepatitis C es la curación.

La OMS recomienda el tratamiento con antivíricos de acción directa (AAD) pangenotípicos para todos los adultos, adolescentes y niños a partir de los 3 años de edad con infección crónica por hepatitis C. Los AAD pueden curar a la mayoría de personas infectadas por el VHC, y la duración del tratamiento es breve (normalmente, de 12 a 24 semanas), dependiendo de la ausencia o presencia de cirrosis. En 2022, la OMS incluyó nuevas recomendaciones para el tratamiento de los adolescentes y niños con los mismos AAD pangenotípicos utilizados para los adultos. 

PREVENCIÓN 

No existe una vacuna eficaz contra la hepatitis C, por lo que la prevención depende de la reducción del riesgo de exposición al virus en los entornos de atención de la salud y en las poblaciones de mayor riesgo. Esto incluye a las personas que consumen drogas inyectables y a los hombres que tienen relaciones sexuales con hombres, particularmente aquellos infectados por el VIH o que están tomando profilaxis previa a la exposición contra el VIH.

La OMS recomienda las siguientes intervenciones de prevención primaria:

  • administración adecuada y sin riesgos de inyecciones por los trabajadores de la salud;
  • manipulación y eliminación seguras de desechos y objetos cortopunzantes;
  • prestación de servicios integrales de reducción de daños para los consumidores de drogas inyectables;
  • realización de pruebas de detección del virus de la hepatitis B y del virus de la hepatitis C (además del VIH y la bacteria de la sífilis) en la sangre donada;
  • capacitación del personal de salud; y
  • prevención de la exposición a la sangre durante las relaciones sexuales.