La hepatitis C (VHC) es la principal causa de hepatitis crónica, cirrosis y cáncer de hígado tanto en Argentina y en el mundo, donde se estima que el 1,5% al 2,5% de la población adulta puede estar infectada.
Se estima que más de la mitad de las personas infectadas no son conscientes de su infección.
A pesar de que la prevalencia en donantes de sangre se ha reducido en la actualidad a un 0,45%, aún existen muchas poblaciones de riesgo donde la prevalencia oscila entre el 2,2% y el 7,1%.
Identificar a las personas con infección activa es el primer paso para mejorar los resultados en los infectados por el VHC y de esta forma poder lograr disminuir la transmisión, la progresión de la enfermedad y frecuencia de sus complicaciones.
Se recomienda el tratamiento para los pacientes con fibrosis avanzada, con el fin de prevenir la progresión de la enfermedad, descompensación hepática, el carcinoma hepatocelular (HCC) o la muerte.
En la actualidad, con el continuo desarrollo de nuevas drogas, estamos ante una nueva era en el tratamiento del VHC, en la cual la cura representa una posibilidad real, con una alta tasa de efectividad.
El tratamiento del VHC erradica la infección, reduce la fibrosis hepática y evita la progresión, así como también futuras descompensaciones.
El verdadero paradigma actual es poder conocer la prevalencia e incidencia de infectados en el país, que se estima del 1.3% y de esta forma poder establecer una adecuada relación de costo efectividad en cuanto a que pacientes tratar, optimizando los recursos en materia de salud pública.
Fuente: Médico Hepatólogo Omar Galdame
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