El Sida es considera uno de los problemas más graves de salud en el mundo y el 30% de los afectados desconoce su diagnóstico. En nuestro país hay 122 mil afectados.
Este 1 de diciembre se conmemora el trigésimo aniversario del Día Mundial del Sida bajo el lema “conoce tu estado”. |
La Organización Mundial de la salud (OMS) define el VIH como una infección que deteriora progresivamente el sistema inmunitario, alterando o anulando su función de combatir infecciones y enfermedades. El término SIDA (síndrome de inmunodeficiencia adquirida) se utiliza en casos avanzados de VIH, dados por la aparición de una o varias infecciones o cánceres relacionados. Esta patología se trasmite de diferentes maneras: por medio de relaciones sexuales sin protección, por trasfusión de sangre contaminada o contagio madre-hijo durante el embarazo, parto o lactancia.
Esta enfermedad por el momento no tiene curación, pero su detección temprana y acceso al tratamiento son fundamentales para detener la infección y, aún en casos avanzados, tener una adecuada calidad de vida. Lamentablemente los prejuicios y los temores acerca de esta enfermedad disuaden a las personas de realizarse las pruebas de VIH, que suelen realizarse solamente cuando ya han aparecido enfermedades graves.
En la primera etapa de la infección algunos individuos suelen presentar síntomas similares a una gripe: fiebre, dolor de cabeza, dolores musculares y articulares y decaimiento. En las etapas avanzadas los síntomas suelen ser más severos: pérdida de peso; infecciones; neumonía; diarreas prolongadas; lesiones en la boca y en la región genital, así como una pérdida progresiva de la memoria que se conoce como deterioro neurocognitivo.
Si bien sus vías de contagio son múltiples, convivir con una persona con VIH no entraña un riesgo, especialmente si el enfermo esta adecuadamente controlado. Igualmente siempre es necesario tener en cuenta algunas precauciones. Fundación Barceló brinda información útil al respecto:
Esta enfermedad por el momento no tiene curación, pero su detección temprana y acceso al tratamiento son fundamentales para detener la infección y, aún en casos avanzados, tener una adecuada calidad de vida. Lamentablemente los prejuicios y los temores acerca de esta enfermedad disuaden a las personas de realizarse las pruebas de VIH, que suelen realizarse solamente cuando ya han aparecido enfermedades graves.
En la primera etapa de la infección algunos individuos suelen presentar síntomas similares a una gripe: fiebre, dolor de cabeza, dolores musculares y articulares y decaimiento. En las etapas avanzadas los síntomas suelen ser más severos: pérdida de peso; infecciones; neumonía; diarreas prolongadas; lesiones en la boca y en la región genital, así como una pérdida progresiva de la memoria que se conoce como deterioro neurocognitivo.
Si bien sus vías de contagio son múltiples, convivir con una persona con VIH no entraña un riesgo, especialmente si el enfermo esta adecuadamente controlado. Igualmente siempre es necesario tener en cuenta algunas precauciones. Fundación Barceló brinda información útil al respecto:
- Usar preservativo: en todas las relaciones sexuales, desde el principio hasta el final. Ante rotura de preservativo asistir a una guardia médica.
- No compartir elementos íntimos: afeitadoras, cepillo de dientes, jeringas.
- Ante accidentes domésticos usar guantes y desinfectar: ante pérdida de sangre por parte del infectado se recomienda limpiar con lavandina durante 10 minutos.
- En caso de contacto vía sanguínea: se recomienda desinfectar con alcohol durante 4 minutos.
- La saliva no es una vía de contagio: se puede compartir mate, abrazar, besar y tocar a la persona afectada sin ningún riesgo.
Fuente: Consenso Salud
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