En el 2011 las Naciones Unidas reconocieron el abuso a las personas adultas mayores como un problema social, declarando el 15 de junio como el "Día Mundial de Toma de Conciencia del Abuso y Maltrato a la Vejez".
Esta iniciativa constituyó una invitación a los Estados
Miembros, a las organizaciones del sistema de las Naciones Unidas y a otras
instituciones internacionales y regionales, así como a la sociedad civil, a que
observen debidamente este problema.
El maltrato hacia las personas adultas mayores ha sido definido
como “un acto único o repetido que causa daño o sufrimiento a una persona de
edad, o la falta de medidas apropiadas para evitarlo, que se produce en una
relación basada en la confianza”. Puede adoptar diversas
formas, como el maltrato físico, psíquico, emocional o sexual, y el abuso de
confianza en cuestiones económicas; o ser el resultado de la negligencia, sea
ésta intencional o no.
En nuestra sociedad, donde se tiende a valorar a las personas
por su vinculación con la capacidad de producir o de acumular riqueza material,
el paradigma a emular resulta ser el de la juventud, sana, fuerte y productiva.
En sentido inverso, se ha cargado de signos negativos a la ancianidad,
asociándola a la enfermedad, la incapacidad y la improductividad.
Sobre la base de esta valoración negativa estereotipada se han generado toda clase de actitudes
y prácticas discriminatorias, que van desde el aislamiento en el seno de la
familia, a la falta de respeto en la vía pública, o el maltrato en las
instituciones, todas éstas, situaciones que la sociedad naturaliza.
En el marco esta conmemoración el INADI reafirma su compromiso de
continuar trabajando en pos del reconocimiento y el pleno ejercicio de los
derechos humanos de las personas adultas mayores que se encuentran en situación
de discriminación y vulnerabilidad, propiciando su
empoderamiento y autonomía.
Datos y cifras de la OMS
- En el
último año, aproximadamente 1 de cada 6 personas mayores de 60 años
sufrieron algún tipo de abuso en entornos comunitarios.
- Las
tasas de maltrato a personas mayores son altas en instituciones como
residencias de ancianos y centros de atención de larga duración: dos de
cada tres trabajadores de estas instituciones indican haber infligido
malos tratos en el último año.
- El
maltrato de las personas mayores puede conllevar graves lesiones físicas y
consecuencias psicológicas prolongadas.
- Se
prevé un aumento del problema por el envejecimiento de la población en
muchos países.
- La
población mundial de mayores de 60 años se duplicará con creces, de 900
millones en 2015 a unos 2000 millones en 2050.
Prevención
Son muchas las estrategias que se han aplicado para prevenir el
maltrato de las personas mayores, adoptar medidas para combatirlo y mitigar sus
consecuencias. Entre las intervenciones que se han puesto en práctica
–principalmente en los países de ingresos altos– para prevenir el maltrato cabe
citar las siguientes:
- campañas
de sensibilización para el público y los profesionales;
- detección
(de posibles víctimas y agresores);
- programas
intergeneracionales en las escuelas;
- intervenciones
de apoyo a los cuidadores (por ejemplo, gestión del estrés, asistencia de
relevo);
- políticas
sobre la atención en residencias para definir y mejorar el nivel de la
atención;
- formación
sobre la demencia dirigida a los cuidadores.
Entre los esfuerzos por responder al maltrato e impedir que se
repita se incluyen las siguientes intervenciones:
- notificación
obligatoria del maltrato a las autoridades;
- grupos
de autoayuda;
- casas refugio
y centros de acogida de emergencia;
- programas
de ayuda psicológica dirigidos a las personas que infligen malos tratos;
- teléfonos
de asistencia que proporcionen información y derivación;
- intervenciones
de apoyo a los cuidadores.
De momento no hay demasiadas pruebas de la eficacia de la
mayoría de las intervenciones. Ahora bien, el apoyo a los cuidadores después de
un caso de maltrato reduce la probabilidad de que se repita y los programas
intergeneracionales en las escuelas (para reducir las actitudes sociales
negativas y los estereotipos hacia los ancianos) han arrojado resultados
prometedores, al igual que el apoyo a los cuidadores para prevenir el maltrato
de las personas mayores antes de que ocurra y la sensibilización de los
profesionales con respecto al problema. Las pruebas sugieren que los servicios
de protección de adultos y las visitas domiciliarias de la policía y los
trabajadores sociales a las personas mayores que han sido víctimas de maltrato
pueden de hecho tener consecuencias adversas, como el aumento del maltrato.
La multisectorialidad y la colaboración interdisciplinaria
pueden contribuir a reducir el maltrato a las personas mayores:
- el
sector de servicios sociales (mediante la prestación de apoyo jurídico,
financiero y domiciliario);
- el
sector de la educación (mediante campañas de sensibilización y educación
del público);
- el
sector de la salud (mediante la detección y el tratamiento de las víctimas
por el personal de atención primaria de salud).
En algunos países, el sector de la salud ha desempeñado una
función protagonista en la sensibilización del público sobre el maltrato de las
personas mayores, mientras que en otros es el sector de los servicios sociales
el que ha tomado la iniciativa.
A nivel mundial, se sabe demasiado poco sobre el maltrato de las
personas mayores y sobre su prevención, especialmente en los países en
desarrollo. La magnitud y naturaleza del problema apenas empieza a perfilarse,
muchos factores de riesgo siguen poniéndose en entredicho, y las consecuencias
y los datos sobre lo que funciona para prevenir el maltrato de las personas
mayores son limitados.
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